miércoles, 17 de agosto de 2011

Quite el mal olor y el sudor de los pies.

El  mal olor en los pies tiene diversos orígenes, para combatir esta molestia siga estos consejos:
  • Lávese a menudo. Aunque parece elemental, es necesario conservar sus pies escrupulosamente limpios. emplee agua caliente y jabonosa para lavar sus pies con tanta frecuencia como lo necesite-incluso varias veces al día si suda mucho o si nota que despiden olor. Frótese suavemente con un cepillo suave, incluso entre los dedos, y asegúrese de secarlos muy bien.
  • Talquee sus dedos. Después de lavarse, aplique talco para los pies, fécula de maíz o un rocío fungicida. Otro método para conservar los pies frescos y secos, es tratar sus zapatos: rocíe el interior con talco desodorante o fécula de maíz.
  • Use un antritranspirante. La clave para controlar el olor es emplear un antritranspirante o un desodorante justo en sus pies. Puede optar por comprar desodorantes específicos para pies o sencillamente emplear la marca que usa para sus axilas; pero debe saber que los desodorantes eliminan el olor, no detiene el sudor. En cambio los antitraspirantes se hacen cargo de ambos problemas, es recomendable que emplee productos que contengan hexahidrato de cloruro de aluminio.
Sin embargo, no emplee un antitranspirante si tiene lesiones activas de pie de atleta. Los productos más recomendables son los que viene en presentación de roll-on ya que con los aerosoles casi toda la acción se pierde en el aire. Emplee el producto dos o tres veces diarias al principio, y luego gradualmente reduzca el empleo a una vez al día.
  • Cambie sus calcetines a menudo. Si sus pies son excesivamente sudorosos y olorosos debe cambiar sus medias con la mayor frecuencia posible, incluso tres o cuatro veces diarias. Emplee calcetines hechos de fibras naturales, como algodón, porque son mucho más absorbentes que los materiales sintéticos.
  • Póngase dos calcetines. Otra manera de reducir la transpiración es usando dos pares de calcetines a la vez. A Primera vista esta recomendación parecería contradictoria, pero los espacios de aire que se forman entre las dos capas del material en realidad mejoran la ventilación.Use los calcetines de algodón junto a la piel y un par de calcetines de lana en el exterior. Evite los productos sintéticos porque solo aumentan la transpiración.
  • Tenga cuidado con los zapatos. Los zapatos cerrados agravan el estado de los pies sudorosos y establecen el ambiente perfecto para que crezcan las bacterias, lo que ocasiona más olor y más sudor. Escoja sandalias y zapatos con las puntas descubiertas cuando sea permisible, pero evite los zapatos de materiales como cauchos y plásticos, pues no permiten a los pies respirar fácilmente. Y jamás use los mismos zapatos dos días seguidos, pues tardan al menos 24 horas en secarse por completo.
  • Duerma con el remedio. Siga este tratamiento nocturno para ayudar a secar los pies: lávese los pies a conciencia con alcohol para fricciones con el objeto de secarlos y refrescarlos. Luego aplique un desodorante de acción intensa en la planta del pie. Cúbralo con una envoltura plástica (para inducir la sudoración de modo que el desodorante pueda penetrar mejor en el pie). Póngase un calcetín sobre la envoltura y duérmase así. Por la mañana lávese. Repita el procedimiento cada noche durante una semana y luego una o dos veces semanales según lo necesite.
  • Mójelos a menudo. diversos agentes líquidos pueden ayudarle a mantener secos los pies, lo que también puede controlar el olor.
    • Té. El tanino, que puede encontrarse en las bolsitas de té, es un agente secador. Hierva de tres a cuatro bolsitas de té en un litro de agua durante unos 10 minutos y luego agregue suficiente agua fría para darle una temperatura adecuada y lavar en ella sus pies. Remoje sus pies durante 20 a 30 minutos y luego séquelos y aplíqueles talco para pies. Realice esto dos veces diarias hasta lograr controlar el problema. Posteriormente repita el procedimiento dos veces a la semana, para evitar que el olor vuelva a presentarse.
    • Sal kosher. Para pies que sudan mucho se recomienda remojarlos en una solución de media taza de sal kosher (sal para cocina o sal de mar), más gruesa que la sal común de mesa, en un litro de agua.
    • Acetato de aluminio. Trate de remojar sus pies una o dos veces diarias en una solución de acetato de aluminio, que tiene propiedades secantes, en agua fría. disuelva un paquete de polvo Domeboro ó 2 cucharadas de solución de Burow (disponibles sin necesidad de receta médica) en medio litro de agua y luego remoje los pies durante 10 a 20 minutos en cada ocasión.
    • Bicarbonato de sodio. Esto hace que la superficie del pies sea mas acidogéna, con lo cual se reduce la cantidad de olor producida. Disuelva una cucharada de bicarbonato de sodio en un litro de agua. Remoje sus pies en esta solución dos veces a la semana durante unos 15 minutos en cada ocasión.
    • Vinagre. Otro baño de pies ácido que se recomienda  es media taza de vinagre en un litro de agua. Remoje durante 15 minutos dos veces a la semana.
    • Agua caliente y fría. Alterne baños de pies de agua caliente y agua fría, con este procedimiento se restringe el flujo de sangre a los pies, lo cual reduce la sudoración. Luego prepárese un tercer baño de pies con cubos de hielo y jugo de limón. Por último, frote sus pies con alcohol para refrescarlos y secarlos. En clima caliente, cuando sus pies sudan mucho, tal vez pueda hacer esto a diario. Advertencia: los diabéticos y quienes tiene problemas circulatorios no deben aplicarse este tratamiento.
  • Emplee la salvia. Ponga una pizca de hojas secas de salvia o artemisa en sus zapatos para controlar el olor.
  • Cuide lo que come. Por extraño que parezca, cuando ingiere alimentos condimentos, picantes o fuertes (como cebollas, pimientos, choles, ajos o escañolas), el aceite esencial de esos productos puede excretarse a través de las glándulas sudoríparas de los pies. En efecto sus pies pueden terminar oliendo a lo que usted comió.